SPuede empezar por dolor en el cuello y las cervicales que en ocasiones se extiende a los brazos. Lo más característico, sin embargo, es la alteración de la marcha (la manera de caminar), de la estabilidad y del equilibrio. Es típico también la afectación de la sensibilidad y la coordinación, especialmente en la parte inferior del cuerpo. A veces se afecta la destreza en las manos y aparecen reflejos anormales. Finalmente, puede aparecer el fallo del control de los esfínteres (de la orina y de las heces) lo que compromete gravemente la calidad de vida de los pacientes. De acuerdo con el Dr. Samprón “la técnica quirúrgica recomendada está asociada al tipo particular de lesión estructural de cada paciente. Siempre que sea posible, se deben utilizar los abordajes mínimamente invasivos para propiciar una recuperación más rápida”.