La escoliosis es la deformidad en forma de “S” de la columna vertebral. Puede aparecer de manera congénita (desde el nacimiento) y manifestarse en la juventud; o también puede ser la consecuencia de una forma grave de desgaste de columna. En este último caso, se manifiesta en la edad adulta.
¿Cuáles son los síntomas de la escoliosis más comunes?
Dependiendo de la gravedad del problema, la escoliosis puede ser completamente asintomática y manifestarse solamente por la presencia de una deformidad aparente. Otras veces aparece dolor de espalda más o menos intenso. En los casos más graves aparecen síntomas de compresión nerviosa y problemas para caminar e incluso en la capacidad respiratoria.
Recomendaciones cotidianas para las personas que sufren de escoliosis
- Fortalecer la espalda para evitar que la escoliosis vaya a más y reducir las molestias causadas por la misma.
- Hacer natación. La natación es uno de los deportes más completos y saludables que podemos hacer. Este tipo de actividad nos ayudará a aliviar y evitar tensiones de la y fortalecer la espalda.
- Mantener una correcta postura corporal. Esto es, andar sin encorvar los hombros, sentarse recto o doblar las piernas para agacharse.
- Realizar un seguimiento de la evolución de la lesión con un profesional especialista.
- Evitar ejercicio de impacto.
¿Qué no debemos hacer si tenemos escoliosis?
- Mantener el cuello inclinado hacia adelante, de modo que la cabeza mire hacia abajo, como cuando usamos un smartphone.
- Deportes de alto contacto, ya que pueden ser peligrosos para las personas con escoliosis.
- El ballet y la gimnasia también pueden dañar las vértebras torácicas.
- Extender repetidamente el torso, lo que puede ocurrir en algunas posiciones de yoga, pasos de ballet y maniobras de gimnasia.
- Exponer la columna vertebral a impactos repetidos al saltar o correr. Los más comunes son los trampolines, los paseos a caballo y correr largas distancias en superficies duras.
Opciones de tratamiento para la escoliosis
- Los pacientes con escoliosis deben seguir tratamiento con un régimen de fisioterapia y de actividad física.
- En algunos casos puede estar recomendado el uso de ortesis (corsé).
- La cirugía se reserva para los casos más graves, aquellos que afectan significativamente la calidad de vida de los pacientes y en casos en que la deformidad escoliótica avanza.
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